La historia de Altamar: Marinero en tierra, navegante a las murallas.

DeletedUser366

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Nota: Desconozco la sección del foro en la que escribir esta historia e intuyo que es inexistente, así que decido dejar mis letras por este área de cultura.
Si bien se decidiese abrir una futura sección relacionada con el "roleplay" o simple interpretación agradecería que fuera movido el hilo y borrado este recuadro.

Así pues, comienzo la historia del pueblo que acaba de fundarse, con la costumbre que traigo de diversos juegos del estilo de relatar las divagaciones que cruzan por mi mente.



La voluntad de un pueblo y la furia bárbara

Corsario de Altamar se trata de un título honorífico en memoria del orgulloso pirata Phillip R. Waynolt, antiguo corsario al servicio de nobles y reyes cuya vida transcurrió entre monedas de oro, ron y mujeres pagadas con ambas anteriores cosas.
A pesar de su amplia experiencia y sabiduría sobre los mares era extremadamente supersticioso, así que cuando Eva, una gitana caribeña que se ganaba el pan adivinando la fortuna de necios marinos, le dijo que encontraría su fortuna en tierras lejanas no dudó en reunir sus tesoros y los de su tripulación, pues sus palabras inspiradoras de valor nunca dejarían de ser eficaces a la hora de convencer a sus hombres de aquello que él creía correcto. Reunido el oro de unos y de otros, provistos de ron suficiente para el viaje y acompañados de la pitonisa y una brújula zarparon dirección a lo desconocido.

Pronto avistaron y pisaron tierra que a primera vista parecía virgen, aunque comprobarían días más tarde, cuando dejaran la costa atrás y se internaran en la llanura, que no eran los únicos en el nuevo continente.
Caminaron durante días y semanas hasta que el ron se les acabó, y fue sólo entonces cuando entraron a uno de los pocos poblados que les abrían las puertas. La historia de Altamar dice que estas fueros sus palabras al tratar de comerciar con las gentes locales;

"¿Que no hay ron? ¿Ni una pizca de alcohol? Marineros comos somos agua necesitamos, si no es para navegarla tampoco la queremos para beberla, ¡pero por las barbas de mi abuelo que si no me dais algo para el gaznate os rebano la cabeza aquí y ahora"

En aquella región no conocían el arte de la destilería, y para Phillip R. Waynolt aquello era mayor pecado que faltar a la palabra de un pirata.
Así pues, se puso en marcha de buenas tierras en las que cultivar y destilar él mismo el ansiado producto, teniendo la suerte de no tener que viajar mucho más lejos de donde estaban. Con la ayuda de algunos pueblerinos y su propia tripulación construyeron los primeros edificios que usarían a modo de casas, almacén, granjas y todo lo necesario para su nuevo proyecto.
Poco a poco las gentes del pueblo se fueron mudando al nuevo asentamiento en búsqueda de tierras más fértiles, desconocedores de que allí les esperaba un mal atroz.

Durante los años siguientes el asentamiento prosperó convirtiéndose en una aldea de llanura en la que marineros y pueblerinos convivían hasta formar familias en conjunto.
A aquel lugar lo llamaría Phillip "Altamar", en recuerdo del océano.

Tras poco más de una década comenzaron a llegar problemas desde las montañas más al sur; pueblos bárbaros que habían estado observando con ojo crítico el asentamiento hasta que vieron suficiente riqueza que saquear, y aún más interesante, los rumores de un nuevo producto que saciaba la sed y ardía en la garganta.
Fueron muchas las batallas que se libraron ante diversos ataques de aquellos salvajes hasta que finalmente el pirata fundador, Phillip R. Waynolt, cayó en combate y las incursiones cesaron tras hacerse con un botín lo suficientemente grande como para darse por satisfechos y dedicarse a explorar otras áreas.

Un pueblo mermado y pobre celebró un funeral ante una tumba de piedra sobre la que colocaron una escultura con la forma de un navío, y una negra bandera pirata cubriría el ataúd en el descansaría su cuerpo para siempre.

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En la actualidad, el título de Corsario de Altamar lo ostenta Seth Rogers, hombre de treinta y largos años nacido y criado en Altamar, conocedor de las historias que trajo el pirata fundador desde continentes lejanos, portador de la habilidad necesaria para la lucha y la capacidad de liderazgo que el pueblo necesita para deshacerse de la amenaza bárbara.
Con la promesa de vengar la muerte del primer Corsario, Altamar se prepara para la lucha, más grande y poderosa que nunca.

"Somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar"



NOTA: Como puede intuirse, Altamar es el pueblo que he fundado en el nuevo servidor, aunque llego algo tarde desde su apertura.
Espero relatar con éxito las aventuras que me encuentre por aquí, que la verdad es que escribiendo aumenta la diversión que me aporta este tipo de juegos.

Un saludín

.
 

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Me gusta pero si lo centras en Tribalwars2 no tenemos navios pero vamos le da un toque muy real a la historia sigue así :)
 

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Bathory;n3948 dijo:
¿La has escrito tu?
Sí, sé que no es gran cosa pero me entretiene mucho meterme en un papel en juegos de este tipo. Seguiré añadiendo capítulos en función de lo que suceda, quizás algo relacionado con alianzas, guerras etc. De momento he usado la excusa de los bárbaros porque es lo único que hago con el pueblo recién fundado.

Tengo tropecientas historias de decenas de personajes en juegos de rol que he interpretado xD Seth Rogers es una adaptación del protagonista de un relato sobre piratas que escribí hará un año :)
 

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Bathory;n3957 dijo:
Wow, es interesante :p

Espero sigas escribiendo aquí.


De echo espero que los usuarios se animen y hagan un poco mas entretenido la seccion de cultura :). No bathory :)

Esperando la segunda parte !!!
 

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Yo por qué no :(

Y siii esperamos tu segunda parte, ¿podemos salir los foreros en tu historia? jeje
 

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"Somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar".

Somos lo que fuimos, y seguimos siendo a traves del tiempo y nada nos detiene. Solo la compañera muerte que nos sigue de cerca allá donde vamos.

Atravesamos el mar portando nuestros estandartes en negro y oro. Estandartes antiguos temidos y odiados. Manchados de demasiadas lágrimas y sudores.

Según las antiguas crónicas de Dra-Land, el territorio al que hemos llegado no ofrece esperanzas, ni grandes recompensas. No importa, luchamos por lo que se nos paga y nuestra unica deuda es la última de cada hombre.

Dejamos los navios en la playa de Hin-Tor con órdenes a los marineros de esperar el regreso de la compañia durante tres meses.
Creo que no calculamos demasiado bién. Llevamos en esta maldita tierra de batalla en batalla mas de dos años.
Ya no esperamos encontrar los navios a la vuelta y que más da. Recibieron su sueldo, igual que nosotros nos estamos ganando el nuestro.

No esperábamos encontrar en este desierto estéril tanta oposición. Las tres legiones de élite han sido reemplazadas mas de diez veces con las tropas de retaguardia, Incluso los herreros se están quejando de que mellamos demasiado las armas. Las hicieran mas resistentes los malditos y no tendrian que remplazarlas tan a menudo.


Hoy llegamos a los llanos de Brin-Na-Endur. Los equipos de flanqueo de la compañia han hecho contacto con el enemigo. Se cuentan por cientos de miles.
No importa, sabemos quienes son, ellos no saben quienes somos.

cabalgamos con la muerte, ella nos da cobijo a nosotros y a ellos por igual, pero a ser posible, vamos a sacar ventaja.

( Si no gusta borradlo,,,pero si no...que continue otro compañeroooo...jajaj)
 

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Podríamos hacer un tipo rol ¿cómo ven?

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"Somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar".

La compañía ya se desplegó en la zona caliente. Tened vuestras mercedes paciencia porque cuando digo "compañía" me refiero tanto a cien hombres como a mil.

Nacimos como "compañía", moriremos como tales.

El Capitán, que por cierto antes de que lo nombráramos nuestro lider, se llamaba "Pietuerto". Tenia la sana costumbre de encontrar todos los agujeros y boquetes del terreno de batalla con sus piés, lo cual nos ahorraba mas de un disgusto.

Como decía, el Capitán, nos ha ordenado retroceder asta una posición favorable entre dos colinas.

Esta noche los zapadores han marcado el terreno con "piedras de colores" para el tiro de arcos y balistas. Aparte, han señalado lo que el Capitán ha definido como "limite de carga". De ahí no se pasa ni medio pelo asta que no se de la orden.

Yo solo soy el humilde cronista, escribo todo lo que acontece a la compañía. Soy su memoria que no es poco, puesto que sin memoria no tendriamos recuerdos de otros tiempos.
Seriamos una "nada" en medio de la nada.

Mejor dejo de tirarme flores.

==============================
Madrugada.
El aire huele a estiercol de caballo y a hierro templado al fuego.
Madrugada, sale el sol.
Nuestras filas estan ahí, con las picas apuntando al enemigo.
Los escudos lanzan destellos, normal.
Con la arena que arrastra el viento en este páramo asta nuestra piel lanza destelos de lo pulida que está.

Ahí delante están,
los veo, nuestro enemigo.
Chapados en hierro y fuego, como nosotros.

madrugada...
 
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"Somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar".

"Dolor y cuervos..."

"Detrás nuestro sólo quedó eso, dolor y cuervos.
Sobrevuelan el campamento con algún pedazo colgando de picos y patas.
También nos sobrevuela el dolor, y los recuerdos.
Siempre es así después de una batalla.
Dolor y cuervos."


Medianilla, la teniente del segundo regimiento de flanqueo a caballo, hoy tuvo suerte. Un proyectil de balista atravesó de parte a parte su caballo, se libró por un palmo y por los pelos. Digo por los pelos porque uno de sus compañeros la sacó de ese infierno arrastrandola por la coleta. Suerte que pesa poco.

Me emocionó. A veces los recuedos juegan esas malas pasadas. A mi compañera, mi Milana, hace un tiempo le repartieron peor suerte. Esa vez sobrevivió el caballo.

Lucerillo, uno de los nuevos, también tuvo suerte. Está en una de las tiendas hospital temblando como una hoja, mudo, con los ojos desorbitados.
Cuando le quiten de encima los restos de su compañero de filas le quitarán medio pasmo.
El otro medio mejor no lo pierda, le ayudará a sobrevivir.
De su compañero no encontramos mucho. No se encuentra mucho debajo de los proyectiles de catapultas.

"Dolor y cuervos..."

"Aquí no existe el honor y la gloria. No somos héroes.
El honor y la gloria quedan para los cortesanos que miran las batallas de lejos.
Aquí existe el miedo y quien diga lo contrario miente como un bellaco.
Solo los gestos maquinales, aprendidos a base de entrenarlos como descerebrados, nos libran de ese miedo.
Dolor y cuervos."


Nuestro enemigo lucha por sus tierras y sus hogares, no se retiran, no dan un paso atrás. A cada batalla mueren a cientos y se ha de reconocer que lo hacen como valientes; estúpidos valientes.
Siempre de cara, nunca de espaldas. No hay prisioneros, solo dolor.
La única diferencia entre ellos y nosotros está en que la compañía es una máquina de repartir muerte. Luchamos contra campesinos en su mayor parte, que no han tenido mas remedio que cambiar sus azadas por espadas.

Tampoco retrocedemos nunca, se gane o se pierda. Detrás nuestro, a media jornada de distancia, con los carros de vituallas vienen nuestras familias, nuestros niños, compañeros y compañeras.
Nuestra mitad alegre en esta insensatez de mundo.

Perderemos la vida de pie y mirando a la muerte a los ojos antes de que alguien pueda quitarnos nuestra mitad alegre de vida.

El contrato de la compañía con el rey Wilfred en un principio establecía que nosotros defenderíamos los puestos de avanzada en la frontera. Cambió de idea el avaricioso.
Nos pidió que atacáramos, que conquistáramos. Quería sacar provecho de nuestro contrato. Da lo mismo. Una defensa tiene su precio, un ataque diez veces más.
El precio amargo se paga con vidas.

Ruego paciencia a quien esté leyendo esta crónica. A veces descuido que son muchos los libros escritos, heredados de cronista en cronista. Seguramente quien lea esto es mi sustituto.

La compañía partió hace muchas décadas de las tierras de Altamar.
Recuerdo cuando, de niño, vi pasar su estandarte por las calles de la ciudad. Eso salvó mi vida, me sacó de la miseria y del hambre, de mi vida de huérfano en la calle.
A partir de entonces empecé a llamarme Puercoespín. Aqui nos cambian el nombre a todos, es como nacer de nuevo.
Ahora solo soy Espina, perdí lo de puerco, ventajas de la edad.
O quizás sea porque, aparte del nombre, perdí el olor a miseria, quién sabe.

En realidad, los pocos que quedamos y que en su dia partimos de Altamar, mercenarios toscos y de pocas palabras, escapábamos de eso, de la miseria.
Ahora no tenemos miseria pero es triste repartirla allá donde vamos. Es nuestro trabajo, en eso no tenemos elección.

"Dolor y cuervos..."

"El olor dulzón de la muerte nos embota los sentidos.
Escapamos de él como podemos. Con sueños o con ramilletes de albahaca, para el caso es lo mismo.
Hasta los animales a nuestro alrededor están silenciosos. Solo los cuervos molestan y se divierten.
Hoy solo queda diversión para ellos, llenarán el estómago.
Por lo menos alguien saca provecho de esta locura.
Dolor y cuervos.
"

Las tropas regulares del rey Wilfred nos siguen de cerca fortificándose detrás nuestro. No nos gusta, no sería la primera traición.
Un contrato con un rey en verdad es de los peores contratos, pero es lo que nos toca a menudo.
Por algo son reyes, la traición y el veneno lo llevan en la sangre. Unos reyes reparten esa traición y sobreviven, otros la reciben y solo son recordados.

No nos gusta, demasiado cerca vienen los regulares. Nos llega su olor a jubones nuevos y sin manchas de combates.

Las patrullas de flanqueo van a tener mucho trabajo. Ahora no solo vigilan lo que tenemos delante.
Tambien lo que viene por detrás...
 
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Permiteme compañero cronista ayudarte con tu historía y ruego que disculpes a este pobre cronista por relatar la historia de otra forma , pues yo estube alli junto contigo luchando por altamar.

Ohhh ya lo creo , lo recuerdo como si fuera ayer. Pues es dificil olvidar el sonido de los proyectiles pasando por tu cabeza y aun se complica mas olvidar los llantos y gritos de dolor y confusión pues en una batalla reina la confusión , pero somos guerreros , somos mercenarios, Vivimos y morimos de viejos por las heridas infligidas de aquellas personas a las que quitamos las vidas a sus seres queridos.

Ruego que me perdones por irme del tema , pero cuando mi guardía empezo esta noche no pude evitar pasarme a visitar a ese pobre muchacho que perdío a su padre en la contienda , es demasiado cruel para mi como sargento de la Retaguardía ver caer a hombres honorables y que esos hombres tengan familía e hijos.

El chico me miro a los ojos y me dijo "Usted , debío de haberlo salvado es tan culpable como ellos de matarlo" al oir eso yo me quede derruido por mala fortuna que un proyectil impacto justo al lado de la tienda y en ese momento oí a esos barbaros chillar como si no hubiera mañana . Salí de la tienda y abati a los maximos posibles con mi espada.

A veces pienso , que esta guerra nos ha quitado lo que mas queríamos ya ni recuerdo el rostro de mi esposa ni las caras de mis hijos cuando cierro los ojos lo unico que veo es sangre y dolor y cuando me despierto creo que sere el siguiente en caer. Perdí a mis amigos en esta guerra y estoy perdiendo a mas amigos por esta causa.


Pero somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar.



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Espero que este bien ^^
 

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"Somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar".

Hace 13 días que perdimos la parte oeste del campamento y casi no puedo conciliar el sueño , hemos sido abandonados por nuestros lideres y ahora somos soldados sin rey ni honor , Hace 3 días fallecio nuestro comandante de una flecha perdida del bando contrario y nos hemos trasladado al castillo pero ignoramos lo que resistiran las puertas de la muralla.

Los ataques son cada vez mas contudentes y cada día nos vamos quedando sin raciones de comida . Empiezan a escasear las medicinas nuestro capitan al mando esta reuniendo tropas para despejar la entrada y luchar campo abierto donde nuestro enemigo es mas vulnerable , a final todo parece teñirse de rojo y cada vez que cierro los ojos los oigo a ellos y a mis enemigos.

(Al día siguiente)

El capitan a reunido a los soldados suficientes para empezar lo que podria ser nuestra muerte , pero orgulloso de formar parte de esta mision suicida , las puertas empieza a abrirse mientras que 250 Soldados cargan contra las tropas enemigas . Casí no tengo tiempo para respirar mis enemigos son bastantes y necesito toda concentración , flechas vienen hacia mi y mi objetivo es esquivarlas para evitar ser herido pasán rozando mi cabeza con un silbido mis ojos solo pueden dislumbrar mi espada y mi escudo cargando contra los enemigos .

Uno por uno voy derribandolos sintiendo que esta puede ser mi ultima lucha y reunirme con mis amigos y seres queridos . Veo a mis compañeros caer mientras que yo me voy haciendo paso entre cuerpos y espadas , Un enemigo alza su espada contra la mia bloqueo el impacto con mi escudo y empiezo a atacarle con toda mi furia , en una de ellas consigue herirme el brazo que sujeta el escudo pero yo le clavo la espada en su cuerpo .

Miro a mi alrededor y veo a mis compañeros haciendo retirarse al enemigo, al parecer hemos conseguido que se retiren por un día.

Por la noche paseo el campo de batalla reconociendo las caras de mis amigos y compañeros caidos, mirandolas me acuerdo de los buenos momentos que pasamos en Altamar.


(Continuara ....)
 

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"Somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar".

( Mensaje del capitán de la compañía al sargento Falcata en retaguardia )

"Estimado compañero, aguanta lo que puedas con lo que tengas.

Lo tenemos todo preparado para sacaros de ahí. Ya sabemos de la traición del rey Wilfred, era cosa esperada.

Esta noche la caballería ligera va a tomar posiciones para cubrir vuestra retirada asta lugares mas seguros. Si es posible salid de noche y acelerad la marcha al amanecer. Las tres legiones de infanteria de élite estarán esperando vuestra llegada para cerrar filas después de vuestro paso.

Entrad en la plaza fuerte y no os detengais asta que llegueis a las tiendas hospital, no os preocupeis de lo demás, por algo somos compañeros.

Fuerza... siempre."


///////////////////


Perdonadme vuestras mercedes que incluya en las crónicas la copia de este mensaje del capitán pero todo ha de quedar reflejado en este espejo.

Los regimientos de caballería partieron por la noche a despecho de las sorpresas que pudieran depararles el terreno. Son buenos caballos los que montan. Caballos bereberes, duros, rápidos y fieles. Como atlantes renacidos.

Los zapadores de la compañía tampoco descansarán mucho, estan cavando fosos y levantando murallas añadiendo hasta los carros vacios.
Mala cosa que los carros estén vacios, eso significa apretarse el cinturón. Por lo menos sirvieron para las dos lineas amuralladas de defensa, aunque sean de madera.

Botica, el jefe médico, ya esta preparando toda la sección de tiendas hospital por si acaso.

Mejor no miro que ahora anda calibrando las agujas de zurzir.
Prefiero que un buen sastre me zurza a los apaños de Botica, pero es lo que hay, que remedio.


Las tres legiones de infantes acorazados están en sus posiciones esperando que amanezca. Justo detrás suyo la infantería ligera templando al fuego de la noche las lanzas y hachas de asalto, "despertando el hierro" como dicen.

Yo, aunque cronista, pertenezco a los regimientos de infantería ligera. Me entrenaron para eso aunque ahora tengo a mi Coscorrón, mi caballo, ventajas de ser cronista.
Mis armas continuan siendo las de los infantes ligeros, salvo el sable de tres cuartos de caballería.

Mejor no me extiendo en armas que ahora no es momento.


Cuando todos estemos un poco a resguardo, dentro del segundo reducto de defensa podremos respirar mas tranquilos. Mañana será un dia duro y no por los combates. Será duro por ver quien vuelve sano y quien no.

Mejor dicho, quien no vuelve.

/////////////////////

" Aquí no se llora a los que no están,
no hay tiempo para eso.

Aquí se le da una palmada al que llega,
y un trago de lo que esté a mano.


"Aquí" es cualquier sitio donde estemos,
y cualquier sitio es bueno.


Cualquier sitio, siempre."

 
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Perdona amigo cronista pues ya hemos recibido esa carta y ahora llega el momento de relatar la retirada que se realizo junto con los muertos que ayudaron en todo lo que pudieron.
Pues tengo aquí la historia de nuestro sargento primero , el cual eligió la gloria y el lugar donde luchar un autentico héroe que busco la fuerza y el coraje sin rendirse jamas. Caminando entre los enemigos que nos abordaron antes de llegar el alineo las fuerzas y resistió lo que pudo hasta que los heridos estuvieron en territorio seguro.
Altamar es mas conocida por la tierra que forja a los héroes y por la tierra que hace que estos héroes de su nombre se cree una leyenda por el sudor y la sangre derramada del enemigo en su propia tierra pues ahora no me voy a ir del asunto que nos trae, El sargento alineo su ejercito y los formo para resistir las oleadas que se avecinaban.
Lo ultimo que vi de el fue en cuando 4 Enemigos le estaban atacando viéndolo esquivar sus ataques y asestando golpes con su espada, después de eso y de llevarse a 2 enemigos de esos 4 lo vi caer no sin antes ofrecer resistencia en el suelo intentando matar a los 2 enemigos restantes. Después de horas y horas de combate volvimos a donde lo acordado y nos reunimos con la tropas para volver a la defensa.
Al llegar los soldados nos recibieron con alabanzas pues nuestra lucha ha sido ya una leyenda y de la leyenda hemos forjado héroes aunque también hemos perdido héroes. Pero como se dice en Altamar “Aunque mueras por luchar en el campo de batalla tu alma siempre vivirá buscando la libertad”.

Hoy es un día para recordar a nuestros caídos y librar mas batallas por ellos
 

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¡Ay!, ¡ay! Duele.
No sé como acabamos en esta zanja llena de barro, espalda contra espalda, Gigantón y un servidor. Lo de Gigantón no es porque le sobren palmos, sino porque le faltan algunos.

"- ¡Espina! Muévete un poco, anda chiquitín, que me estás clavando todos los huesos de tu correosa espalda. Malditos dioses, yo no les hice nada para que me dejaran en tu compañía.
- ¿Tú crees que si pudiera moverme, estaría aguantando aquí el tufo de tu presencia?. Bastante rato haría que estarías hablando solo con las piedras.
- ¿Aún respiras, Espina? Lo dicho, me maldijeron los dioses si aún soy capaz de oir tus rebuznos.
- Que te parta un rayo.
- Mentecato.
- Borrico descerebrado.
- Yo también te quiero, pichoncito mio."

A partir de ahí no recuerdo mucho más. Solo imágenes inconexas, como parpadeos.
Recuerdo el ojo vidrioso, que me mira fijamente, de un caballo tordo tirado en el suelo. Lástima de animal.
También recuerdo mis manos escarbando el barro alrededor de las empuñaduras de daga y espada. Por no perderlas, no por levantarlas, no tengo fuerzas.
Y el humo que flota a ras de suelo.
El ástil de la flecha prendida en el lado derecho de mi jubón.
Los resuellos de Gigantón.
El charquito de sangre que va creciendo a mis pies, supongo que es mía, no sé.
Gente que tira de nosotros para sacarnos de esa zanja.

El Capitán ordenó formar otra vez a la vieja escuadra de infantes ligeros, nosotros, los veteranos. Alguna vez le da por ahí al bellaco.
Los demás nos llaman "la escuadra de viejos". Qué cariño nos tienen.

A media mañana, el choque del enemigo contra las filas de nuestra infantería acorazada fue brutal. Aguantaron. Aunque estirados en un largo frente, aguantaron.
A ese sonido partimos corriendo de nuestras posiciones espada y daga en mano, pasando a través de las filas de los acorazados hasta el lugar donde tabletean y resuenan las picas. Medianilla y sus jinetes flanqueando por la izquierda para tomarles la espalda.
No hacemos grandes ruidos los ligeros. Lo nuestro suena como el viento entre las hojas de los olmos. Un poco mas metálico y mas mortal que la brisa. Lástima de gritos que estropean la música.

Un paso adelante, parada a izquierda y derecha, otro paso. Abajo y puntas de armas hasta el fondo, otro molinete y otro paso. Sobre todo sin perder el ritmo. Si pierdes el compás tu pareja de baile hará algo más que pisarte los pies.

"- Gigantón, hazte el dormido, que se acerca Botica y ese, si ve que estamos vivos, es capaz de rematarnos con sus emplastes y pócimas.
- Buenos días tengan vuestras mercedes. También les agradecería que dejaran de disimular, solo traigo el caldo de verduras de mediodía, desagradecidos.
- ¿Caldo otra vez? ¿Algún día pondrás un mísero taquito de carne en tu soso caldo, Botica? Al menos nos dieras un trago de algo que no fuera agua, que no somos ranas.
En ese lance entró el Capitán en la tienda hospital.
- Buenas, oí que alguien croaba y me acerqué por curiosidad nada más. ¡Uy!, ¿aún están los traseros de estos dos aposentados en la cama? Perdón, si están de cara; es difícil saberlo con tales rostros, no sabes nunca de qué lado están.
- Gracias por preocuparse de nosotros, Capitán, pero antes de que vuestra merced entrara aquí se respiraba mejor; si le apetece un caldito de Botica sírvase, a nosotros nos sobra.
- No hay por qué darme las gracias, caballeros. Más bien me acerqué por aquí por si seguíamos cavando el hoyo para vuestras mercedes. Hasta tenemos grabada una tablilla: "Aquí yacen Gigantón y Espina; no acercarse, peligro de resurrección".

Eso dolió, dolió más de una vez.
Dolió cuando me reí, mis pobres costillas, al ver como se quebraba el bol con mi caldito en la cabeza del capitán mientras este huía de la tienda hospital.
Me dolió el engaño de Botica, el malnacido y sus calditos.
Dolió ver los taquitos de carne por el suelo, esta vez el caldito llevaba carne, maldita sea mi estampa.
 
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"Somos vástagos de la llanura, descendientes del mar. Portamos espadas, lanzas y montamos caballos con la determinación de un navío que rompe las olas, con la fuerza del viento que empuja las velas, portadores del terror de las profundidades sobre la tierra. Somos hombres y mujeres de Altamar".



"No creo que me explaye más de lo necesario hoy.
El mar, querido y odiado.
Como un amante perverso."



Embarcamos en un falucho de vela latina. Rápido como el viento pero salta como un gamo, mis tripas saltan a su compás.

En rey Wilfred, nuestro contratista, como sabrán, nos traicionó. No hay problema ninguno, no sería la primera vez.

Como decía nos traicionó dejando a la Compañía en algún aprieto. Cuando digo "aprieto" no es por estar vigilantes de dos enemigos a la vez, de Wilfred y de la pobre gente a la que andábamos masacrando, es por faltarnos provisiones en este páramo. El "aprieto", como ven vuestras mercedes, se refiere mas bien al cinturón que a otra cosa.

La Compañía sigue defendiendo un pobre reducto levantado a golpe de maza y madera, mientras nuestra gente de retaguardia, nuestra familia, avanza bordeando el mar protegidos por unidades de caballería ligera.
Sobre todo no lo sepan los enemigos, los dos, si no tendremos que defender dos reductos de madera en vez de uno.


"El mar, como amante perverso,
tira de nuestro pobre falucho a un lado y a otro,
como si quisiera arrancarnos a mordiscos de su cubierta.
El mar nos quiere y nos odia a la vez,
nos regala los oídos con su música,
hunde nuestra proa en sus fauces sin piedad."



Enhiesto, el portaestandarte, Botica y un servidor, fuimos elegidos para hallar alguna vía de escape de este atolladero donde anda metida la Compañía. Tuvimos la suerte de llegar a un pueblo pesquero y encontrar esta embarcación. La lástima que aquí no caben los caballos, ellos se quedaron en tierra. Algunos tienen suerte, los caballos; mis pobres y mareadas tripas.

Cuando partimos a escondidas, al amparo de la noche, las órdenes del Capitán fueron encontrar cualquier transporte que nos acercara a Altamar y allí contratar los servicios de naos, carabelas, gabarras, todo lo que flotara para trasladar a la compañía fuera de este embrollo.

Creo que a Altamar no llegaremos, sea por mis tripas o por las del falucho, no se cuales aguantarán mas. No hacemos mas que achicar agua. Por de pronto media misión cumplida, embarcar. La otra media está un poco menos clara.

El patrón del barco nos dice que este pobre bote no va a aguantar mucho más, que ha de acercarse a la costa, que no se atreve a ir más allá con el mar tal como está. Aparte de pedir mas oro por el riesgo, tonto no es, no.


Perverso amante el mar.

A sus luces nos vuela el alma,
a sus oscureceres nos hierve la sangre.
Amante perverso,
que nos roba los besos,
que nos hiere cuando nos ve indefensos.”
 
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