DeletedUser
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El cielo amanecía gris y oscuro, como una si una sombra de tiempos pasados le hubiese absorbido su brillo al padre sol. Camino sobre en lo que un día fue mi hogar, mi mundo, mi familia, ahora yace todo destruido y en ruinas, las casas de mis vecinos, amigos todas todas, rotas todas, todas impregnadas con un hedor repulsivo asqueroso, la muerte. Así es todo acabado, me acerque con paso titubeante y dando tumbos de un lado a otro, mi mente no se creía todo lo que había sucedido, fue todo tan rápido, tan inesperado,pensar que ayer jugaba con mis amigos en la plaza en honor al dios cuervo, pensar que ayer comía y reía con mi familia.
No pude contener la lágrimas al ver el cadáver de mi madre deformada y carbonizada por el fuego, mi madre sujetaba a mi hermano de 2 años entre sus brazos, su último abrazo su última caricia, mi mundo se había desplomado en solo una noche todo todo lo que quería, busque desesperado a mi hermana, a mi padre, capaz habían sobrevivido como yo. Albergué esperanzas me levanté no si antes darle el último beso a mi madre y hermano.
Cada paso que daba nuevos gritos de lamentos y lloros perforaban las calles de mi pueblo, gente me salí al paso diciendo si había visto a su marido o a su niño, yo los ignoraba y trataba de darme paso entre el tumulto de gente.
-PADREE¡¡¡, MOLI¡¡¡¡¡- Gritaba frustrado.
No veía a nadie, ¿donde estaban?
Me senté en una esquina abatido ,derrotado, llore más fuerte ¿donde están?, por que el destino es cruel.
Escuche pasos tras de mi, una mano me tocaba el hombro, me giré para ver quién era, era mi tío que me miraba, por suerte su familia se encontraba bien estaban todos a salvo.
-¿Freck, donde están?-Le dije con voz entre-cortada.
Me abrazó y rompió a llorar.
-Lo siento hijo yo, no pude hacer nada....
No pregunte más, su armadura estaba ensangrentada y sujetaba a con la otra mano el colgante de mi padre, no se necesitaban más detalles.
Esa mañana ayude a la familia de Freack a recoger todos los víveres que podíamos almacenar en nuestras mochilas, los saqueadores también se habían llevado nuestros caballos...
Salimos ya a media tarde el cielo seguía gris y sombrío como si los dioses llorasen la pérdida de sus hijos. Recordé sus brillantes armaduras, sus máquinas aterradoras rompiendo nuestras murallas, mil flechas surcando el cielo.
Mi padre me dijo que esa gente venían de tierras desconocidas y fantásticas, había oído que para ellos eramos los bárbaros y que su cultura era superior que adoremos a su Dios sin más preguntas...No se si me lo contaba para asustarme y me portará bien o para preevenirme.
Miré por última vez lo que un día fue mi hogar, apreté el colgante familiar y juré que algún día volvería....Sus almas no caerán en el vacío del tiempo en vano.
No pude contener la lágrimas al ver el cadáver de mi madre deformada y carbonizada por el fuego, mi madre sujetaba a mi hermano de 2 años entre sus brazos, su último abrazo su última caricia, mi mundo se había desplomado en solo una noche todo todo lo que quería, busque desesperado a mi hermana, a mi padre, capaz habían sobrevivido como yo. Albergué esperanzas me levanté no si antes darle el último beso a mi madre y hermano.
Cada paso que daba nuevos gritos de lamentos y lloros perforaban las calles de mi pueblo, gente me salí al paso diciendo si había visto a su marido o a su niño, yo los ignoraba y trataba de darme paso entre el tumulto de gente.
-PADREE¡¡¡, MOLI¡¡¡¡¡- Gritaba frustrado.
No veía a nadie, ¿donde estaban?
Me senté en una esquina abatido ,derrotado, llore más fuerte ¿donde están?, por que el destino es cruel.
Escuche pasos tras de mi, una mano me tocaba el hombro, me giré para ver quién era, era mi tío que me miraba, por suerte su familia se encontraba bien estaban todos a salvo.
-¿Freck, donde están?-Le dije con voz entre-cortada.
Me abrazó y rompió a llorar.
-Lo siento hijo yo, no pude hacer nada....
No pregunte más, su armadura estaba ensangrentada y sujetaba a con la otra mano el colgante de mi padre, no se necesitaban más detalles.
Esa mañana ayude a la familia de Freack a recoger todos los víveres que podíamos almacenar en nuestras mochilas, los saqueadores también se habían llevado nuestros caballos...
Salimos ya a media tarde el cielo seguía gris y sombrío como si los dioses llorasen la pérdida de sus hijos. Recordé sus brillantes armaduras, sus máquinas aterradoras rompiendo nuestras murallas, mil flechas surcando el cielo.
Mi padre me dijo que esa gente venían de tierras desconocidas y fantásticas, había oído que para ellos eramos los bárbaros y que su cultura era superior que adoremos a su Dios sin más preguntas...No se si me lo contaba para asustarme y me portará bien o para preevenirme.
Miré por última vez lo que un día fue mi hogar, apreté el colgante familiar y juré que algún día volvería....Sus almas no caerán en el vacío del tiempo en vano.
